Simplemente soy Marcelo, un fotógrafo de 40 años que vive en Montevideo, con pasión por todo lo que tenga que ver con el amor.

Poner el alma en todo aquello que hago es mi ideal de vida. Tener ilusiones, correr tras ellas y aprender de los errores es otro, y siempre con la mentalidad de que si hago algo, hay que hacerlo bien. De este modo, me encuentro en pleno viaje personal y profesional, en el cual siento que solo tengo espacio en mi para aprender de cada pequeño detalle, para ser siempre 100% positivo y agradecer a la vida todo lo que me da, y es por eso qué decido compartirlo con la gente que me rodea.

Soy fotógrafo del amor. Puedo decir que tengo la gran suerte de haber encontrado mi camino y mi pasión en la vida, con la que consigo expresar todo lo que contiene mi alma y mis grandes sensaciones sobre el amor. Es por ello que adoro mi trabajo, adoro compartir todos esos momentos e intentar plasmar en mis fotografías todas esas emociones que se desprenden con una sola mirada y conseguir que perduren para siempre. Desde muy chico mi padre me enseñó a amar esta profesión y los secretos de ella.

Me gusta captar su esencia personal, esas miradas cómplices, esas caricias discretas, esa emoción imposible de contener…

Me gusta pasar desapercibido porque en el momento que se olvidan que estoy ahí, es cuando realmente son ellos, si filtros, y eso tiene mucha más magia que cualquier fotografía estudiada. Porque esa magia esta en cada uno de ellos…

Por eso insisto en la Preboda, es fundamental, además de una bonita sesión de pareja, es la mejor manera de conocernos, que me hablen de ellos, de su historia, que me cuenten un poquito cómo será el día de su boda y a la vez el modo de hacer que los novios se suelten y pierdan ese miedo que muchos tienen a la cámara.

Ninguna foto puede faltar, por eso tomo una sola boda por día, es la única forma de dedicarme 100 % a los novios y no perder ningún detalle de ese día.