10 poemas de amor para bodas civiles: palabras para inspirarse
Si decidieron casarse solo por civil, seguramente tengan planificada una ceremonia más sencilla. Por eso, y para darle mayor relevancia a la celebración, pueden incluir diferentes poemas de amor. Les dejamos una selección para inspirarse.
En una ceremonia civil cuentan con mayor libertad para elegir los textos que van a ayudar a crear un ambiente íntimo y familiar. Existen poetas que le dedican su intención más inspiradora al amor, de modo que ustedes pueden abrazar esos poemas para mostrarse delante de la pareja y sus seres queridos. Sin duda, será un acierto para personalizar la ceremonia civil.
- Amor eterno, de Gustavo Adolfo Bécquer
- Intimidad, de José Saramago
- Dame la mano, de Gabriela Mistral
- Quien alumbra, de Alejandra Pizarnik
- Los formales y el frío, de Mario Benedetti
- Escrito con tinta verde, de Octavio Paz
- Rimas XV, de Rubén Darío
- Gacela del amor maravilloso, de Federico García Lorca
- Tercera presencia del amor, de Gabriel García Márquez
- Donde comienzas tú, de Julia de Burgos
1. Amor eterno, de Gustavo Adolfo Bécquer
Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la Tierra
Como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
2. Intimidad, de José Saramago
En el corazón de la mina más secreta,
En el interior del fruto más distante,
En la vibración de la nota más discreta,
En la caracola espiral y resonante,
En la capa más densa de pintura,
En la vena que en el cuerpo más nos sonde,
En la palabra que diga más blandura,
En la raíz que más baje, más esconda,
En el silencio más hondo de esta pausa,
Donde la vida se hizo eternidad,
Busco tu mano y descifro la causa
De querer y no creer, final, intimidad.
3. Dame la mano, de Gabriela Mistral
Dame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás.
Como una sola flor seremos,
como una flor, y nada más...
El mismo verso cantaremos,
al mismo paso bailarás.
Como una espiga ondularemos,
como una espiga, y nada más.
Te llamas Rosa y yo Esperanza;
pero tu nombre olvidarás,
porque seremos una danza
en la colina, y nada más.
4. Quien alumbra, de Alejandra Pizarnik
Cuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
mi temor palabras, poemas.
Sólo tú haces de mi memoria,
una viajera fascinada,
un fuego incesante.
5. Los formales y el frío, de Mario Benedetti
Quién iba a prever que el amor, ese informal
se dedicara a ellos tan formales
mientras almorzaban por primera vez
ella muy lenta y él no tanto
y hablaban con sospechosa objetividad
de grandes temas en dos volúmenes
su sonrisa, la de ella,
era como un augurio o una fábula
su mirada, la de él, tomaba nota
de cómo eran sus ojos, los de ella,
pero sus palabras, las de él,
no se enteraban de esa dulce encuesta
6. Escrito con tinta verde, de Octavio Paz
La tinta verde crea jardines, selvas, prados,
follajes donde cantan las letras,
palabras que son árboles,
frases que son verdes constelaciones.
Deja que mis palabras, oh blanca, desciendan y te cubran
como una lluvia de hojas a un campo de nieve,
como la yedra a la estatua,
como la tinta a esta página.
7. Rimas XV, de Rubén Darío
Un castillo de blancas azucenas
donde una mano leve
coloque entre armonías y rumores
rocío transparente;
un rayo misterioso de la luna
empapada en el éter;
un eco de las arpas que resuenan
y el corazón conmueven;
un beso de un querube en tus mejillas;
algo apacible y leve,
y escrita sobre la hoja de albo lirio,
una rima de Bécquer.
8. Gacela del amor maravilloso, de Federico García Lorca
Con todo el yeso
de los malos campos
eras junco de amor, jazmín mojado.
Con sur y llama
de los malos cielos
eras rumor de nieve por mi pecho.
Cielos y campos
anudaban cadenas en mis manos.
Campos y cielos
azotaban las llagas de mi cuerpo.
9. Tercera presencia del amor, de Gabriel García Márquez
Este amor que ha venido de repente
y sabe la razón de la hermosura.
Este amor, amorosa vestidura,
ceñida al corazón exactamente.
Este amor que es harina
que es infancia de sueños en la frente,
que es líquido de música en la frente
y es lucero nostálgico en la altura.
10. Donde comienzas tú, de Julia de Burgos
Soy ola de abandono,
derribada, tendida,
sobre un inmenso azul de sueños y de alas.
Tú danzas por el agua redonda de mis ojos
con la canción más fresca colgando de tus labios.
¡No la sueltes, que el viento todavía azota fuerte
por mis brazos mojados,
y no quiero perderte ni en la sílaba!
La fuerza del amor los autoriza a expresarse como mejor lo sientan, por lo cual no teman a la vivencia amorosa de los poemas y dejen abierta la oportunidad. También pueden elegir un verso para incluir en las invitaciones a la boda.