Las 7 peores decisiones que una novia puede tomar en la planificación del casamiento
Toda novia se enfrenta a una serie de decisiones cruciales. Si bien puede que cuentes con la ayuda de su pareja o de una wedding planner, hay cuestiones que deberás resolver sola. Tips para evitar cometer errores.
Los nervios y la ansiedad pueden hacer que una novia tome algunas malas decisiones. Por esa razón, te dejamos con este artículo para que sepas cuáles son los errores que no podés cometer en la organización de la boda, porque te harían volver atrás algunos escalones. Si no estás segura o todavía tenés dudas, leé con atención estos consejos que están pensados exclusivamente para vos.
Regla número uno: el vestido
Muchas novias saben, desde el día en el que se comprometen, cómo será su vestido o al menos tienen una idea. En cambio, a otras mujeres esa elección les cuesta mucho más. Por eso, cuando lo encontrás, sabés que es un tesoro invaluable. Una vez que ya tengas comprado el vestido, una mala decisión es que te pongás a mirar otros modelos, porque podés arrepentirte del tuyo, por más segura que estés. Como sabrás, es imposible llegar a ver y probarte los miles de modelos que existen, y es muy probable que por más que ames el tu vestido, otro te pueda, cuanto menos, gustar un poquito más.
Ser flexible, ante todo
Por más organización que estés llevando respecto de la boda, hay cosas que no van a salir como las planeabas. Por supuesto que eso puede hacerte sentirte mal, pero no tenés que dejar que te afecte, y, mucho menos, encapricharte con una idea, porque vas a descuidar todos los otros aspectos que también requieren de tu atención. Si la banda de música que querían no está disponible para la fecha, ¡a dar vuelta la página y buscar otra!
De a dos, todo es mejor
Si sos una novia perfeccionista, vas a querer hacerte cargo de todos los detalles del casamiento, hasta el más mínimo. Lamentamos decirte que, si bien es importante que seas consciente de todo lo que conlleva la organización, no podés encargarte de todo vos sola. Esa es una de las peores decisiones que se pueden tomar, y que, sin duda, te van a terminar perjudicando. Por eso, tenés que saber delegar tareas y compartirlas con tu pareja y con tus personas más cercanas. Vas a ver que todo se comienza a resolver más rápidamente.
Las prioridades, en primer lugar
Si bien está perfecto que aprendas a delegar tareas, hay ciertas cuestiones que deberás resolver vos sola. No dejes aspectos fundamentales en manos de terceros, porque podés terminar con una mala experiencia. Por ejemplo, todo lo relativo al vestido de novia debe ser una de tus tareas principales.
Mantener firme tus decisiones
Una vez que hayas tomado una decisión, mantenela. De nada sirve que vayas y vengas con una misma cuestión, si es que ya la habías cerrado. Recordá que el camino hacia el casamiento está plagado de cosas para hacer, y no es recomendable que pierdas tiempo con puntos organizativos ya saldados. A excepción de que lo contrario sea absolutamente necesario, mantené las decisiones ya tomadas.
Tu opinión, la que más vale
Verás que cuando estés organizando tu boda, todo el mundo querrá opinar. Eso no está mal, sobre todo porque siempre vienen bien otras opiniones, para mirar todo desde otra perspectiva. Pero lo que no debés hacer es ceder a una decisión solo por no quedar mal con alguien, como tu mamá o tu suegra. Al fin de cuentas, los que se casan son ustedes, y todo debe gustarles a ustedes, antes que a nadie.
Todo con tiempo, nada sobre la hora
Una de las mejores decisiones que puede tomar una novia que está organizando su boda es ser puntual y respetar los horarios. Esto último no solo por una cuestión de respeto a los demás, sino porque te ayudará a ser más detallista y organizada. Imaginate que llegás tarde a la prueba del vestido o inclusive tarde a la ceremonia. No es lo que querés, ¿verdad?
Por eso, armá un cronograma con todo lo que tenés que hacer, sobre todo para el mismo día del casamiento. Eso sí, nada de chequear a último momento todo: una semana antes, cuanto menos, debe estar todo más que listo.
Tal como leíste, hay cosas que escaparán a tu control, y otras que deben estar bien controladas por vos. El artículo es una ayuda para que el camino hacia el día B no sea una odisea, y sepas que hay decisiones que tomar, y otras que debés evitar. No es para que te asustes, sino para que llegues mucho más tranquila a tu gran día. ¡Ánimo!