El casamiento de Eva y Miguel: llegó el amor tras años de amistad
Tras más de dieciséis años de amistad y seis años como pareja, ni la distancia, ni el tiempo impidieron que esta pareja de enamorados dieran el “sí, quiero” que los unía para siempre.
Esta historia nos recuerda a esa leyenda oriental, más precisamente japonesa, en el que el abuelo de la luna pone a cada recién nacido un hilo rojo en el dedo meñique con el objetivo de unirlo con otro bebé; es decir, los predestina para que se encuentren y estén juntos para siempre. Ese hilo imaginario podrá tensarse cuantas veces sean, pero jamás se romperá. Da igual cuándo, dónde o en qué circunstancias, ambos en un momento de su vida se unirán. Y este es el caso de Eva y Miguel.
Eva, española, y Miguel, holandés, cruzaron sus caminos en el municipio madrileño de Majadahonda, gracias a unos amigos que tenían en común. Ninguno sabía que su destino era estar juntos... dieciséis años tardaron en darse cuenta, pero como dice el refrán: "más vale tarde que nunca". En el 2009 cambiaron la amistad que tenían por una hermosa relación amorosa y la distancia que no supuso una traba para seguir adelante y llegar hasta el 2015, año en el que ambos realizaron una escapada romántica al archipiélago Phi Phi, también conocido como Koh Phi Phi, al sur de Tailandia, donde Miguel eligió una de sus islas como escenario para arrodillarse ante Eva, con una música jamaiquina de fondo y con un anillo en mano; y hacerle la gran pregunta.
El casamiento y la fiesta tuvieron lugar en una antigua fábrica de ladrillos situada en el municipio español de Otero de Herreros, provincia de Segovia. Este idílico lugar transmite mucha paz y muy buena energía e invita, a los que lo eligen, a realizar un casamiento con un estilo industrial y vivirlo en armonía con el entorno; y así lo hicieron los protagonistas de esta historia. Su enlace estuvo ambientado con un aire urbano y a la vez pacífico y rústico.
Para la ocasión, Eva optó por llevar el pelo suelto y ondulado, completando el look con un tocado de flores blancas y un velo corto de rejilla cubriéndole medio rostro, pero que solo lo llevó puesto durante la ceremonia; se decidió por un maquillaje muy natural, resaltando los labios con una pintura de labios color rojo. Y eligió ponerse un hermoso vestido blanco de estilo romántico y corte recto, con la espalda al descubierto y breteles, y un volado discreto al final de la falda -diseñado por ella misma- junto con sus sandalias de taco bajo y color dorado. Por su parte, Miguel eligió un traje de tonalidad azul, del diseñador español Pedro del Hierro, contrastado con una camisa blanca, una corbata amarilla lisa y clásica y unos zapatos en color marrón claro. Y ¡complementó su atuendo con un pequeño prendedor de flores en la solapa izquierda a juego con el ramo de la novia!
Todo esto transcurrió en un entorno lleno de amor y felicidad gracias a los familiares y amigos que acudieron al evento.
Sin duda, las palabras de Miguel al final del banquete y el baile tropical que hicieron estos novios en su gran día permacecerán impasibles en el recuerdo de los protaganistas e invitados de este maravilloso casamiento. ¡No pierdan detalle!