Danielle y Brent: un casamiento soñado hecho realidad
Vivir una historia mágica para celebrar el matrimonio es sin duda un hermoso comienzo. Este es el caso de una joven pareja que cruzó el mundo para llevar su amor al paisaje soñado, y disfrutar íntimamente de los lazos que los unen.
Danielle y Brent viajaron desde California (Estados Unidos), que es donde residen, para situar la revalidación de sus votos matrimoniales con un casamiento íntimo en las colinas toscanas. Casados el verano anterior en su país de origen, pusieron armonioso marco a su amor en una romántica ceremonia a solas en el verde escenario de esta región de Italia, que entre historia y castillos, les permitió protagonizar un cuento real.
Gianfranco Bernardo di BHStudio fue el fotógrafo encargado de plasmar con su arte, los recuerdos de esta romántica experiencia. De hecho, la cámara fue testigo exclusiva, ya que la ceremonia se reservó solo a la pareja, sin invitados ni acompañantes.
La pareja, preparada para la celebración, comenzó el día al bajar las escaleras del Castillo de Casole (Siena), embargados de evidente alegría y tranquilidad. Se pasearon por la ciudad aprovechando para posar en muchos rincones pintorescos, y registrar su amor.
Con un look sencillo y con los detalles justos, Danielle eligió un vestido rosado, con pedrería que adornaba la parte superior del mismo. Zapatos peltre de pronunciado taco con brillos, y una delicada vincha que resaltaba apenas en su cabellera suelta. Brent lució un traje beige, con camisa blanca y zapatos cómodos, que le permitieron disfrutar las caminatas.
El paisaje que eligieron para la ceremonia, mostraba una paleta tal de verdes y cielo, que no requirió más adorno que una simple mesa con mantel blanco que ofició de altar. Fue allí donde se leyeron los votos preparados previamente del uno para el otro, y con un espectáculo de descorche del champagne con un sable, la celebración quedó sellada con un brindis muy emocionante.
Aprovechando tales escenarios, la pareja se fotografió en los muros del castillo, sus jardines y alrededor de la piscina. Gianfranco tuvo oportunidad de hacer tanto capturas espontáneas como retratos donde los novios posaron para la lente .
Una cena romántica contemplando la caída del sol, en un atardecer perfecto, fue el cierre justo de un día inolvidable para estos esposos.
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