9 supersticiones de casamiento, ¿las van a seguir?
Las supersticiones de antaño se vuelven tradiciones en las bodas. Algunas vienen de tan lejos y hace tiempo que la premisa es “mejor prevenir...” Para algunos novios puede tratarse de un detalle más y saltearlo sin prejuicios. ¿Qué les parecen?
La mayoría de las supersticiones vienen de épocas remotas para alejar a la mala suerte o atraer tiempos de bonanza y felicidad a la pareja de recién casados. Algunas continúan muy arraigadas por su encanto y otras se van modificando. Lo cierto es que todas atraviesan la cultura de los matrimonios y no pierden la mística. Si están atentos a estas supersticiones para organizar su casamiento, conozcan cuáles son las más frecuentes en el mundo de las nupcias.
1. Que el novio no vea a la novia
El secreto sobre el look de la novia viene resguardado desde la época de los matrimonios concertados, en que ver a la novia podía resultar en mala suerte o el hombre podría arrepentirse. Hoy en día, los novios continúan con la tradición ya sea por superstición o por romanticismo, porque aunque la creencia no tenga sustento, es innegable que el efecto sorpresa es muy esperado por todos.
2. Algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul
La antigua tradición dice que las novias deben llevar algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul para lograr un matrimonio feliz y duradero. Es una tradición que viene cargada de encanto y envuelve una ceremonia más solemne y romántica. Llevar algo azul es la más frecuente y visible en el atuendo de la novia.
3. Una moneda en el zapato
Vinculada con la tradición anterior y la rima inglesa que la hizo famosa, otro elemento unido a la buena fortuna y la prosperidad es la moneda colocada en el zapato. Es un augurio para la seguridad económica durante el matrimonio.
4. No a las perlas
El mito dice que las perlas en el look de novia simbolizan lágrimas durante todo el matrimonio. Las perlas son joyas sumamente elegantes, pero si sos de las novias supersticiosas, entonces mejor dejarlas para otra ocasión.
5. Velo de protección
La ritualidad del vestido de novia también se traslada al velo, cuyo protagonismo tiene diversas fuentes, ya sea por tradición, tendencia o romanticismo. El velo simboliza el pasaje de un estado al otro y, entre los mitos antiguos, se creía que protegía contra los malos espíritus envidiosos de la felicidad de los novios.
6. Lanzamiento de arroz
Esta es una de las tradiciones que se van modificando sin perder el origen simbólico. El arroz está muy vinculado con las culturas más antiguas y su proceso vital como alimento. Para los novios, el lanzamiento de arroz significa fertilidad, prosperidad y abundancia. Hoy en día se eligen otras opciones más suaves y ecológicas.
7. En martes ni te cases ni te embarques
Para los supersticiosos el martes es un día de desgracias y tristezas, aún peor si es martes 13. Las leyes no escritas dicen que los mejores días para contraer matrimonio son viernes y domingo. El viernes propicia un casamiento duradero, mientras el domingo atraerá la abundancia y la alegría en el nuevo hogar.
8. Huevos para Santa Clara
Aunque la lluvia significa dicha y abundancia en muchas culturas, la menor duda sobre el pronóstico puede resultar en un fastidio para los novios. Las novias más creyentes conocen la costumbre de llevarles huevos a las clarisas como ofrenda para que ellas intercedan ante Santa Clara por el buen tiempo para el día de la boda.
9. La Luna y el matrimonio
Para elegir la fecha de casamiento, algunas parejas más supersticiosas pueden contemplar la influencia de los astros, los planetas regentes y las fases de la luna. La luna llena o cuarto creciente son las mejores fases para casarse de acuerdo con las teorías de la influencia de la luna en las personas y la fertilidad. Los matrimonios que se celebren en luna nueva o cuarto menguante tienden al fracaso.
Los casamientos están muy unidos a estas creencias o supersticiones. Muchas se remontan a la Edad Media. Es muy habitual introducirlas en las bodas conociendo o no su origen. Descubran sobre las fechas poco convenientes para celebrar un casamiento.