9 personas que no debés llevar a la prueba del vestido de novia
¿Tenés a ir a la prueba del vestido de novia y no estás segura a quién llevar? Te vamos a contar las personas que por nada del mundo tienen que acompañarte en ese importante día si querés salir contenta de tu prueba.
La prueba del vestido es un momento muy especial para toda novia, por eso mismo, necesitás estar tranquila, relajada y rodeada de personas que, además de quererte mucho, te entiendan, te escuchen y respeten tus gustos y opiniones. También, es fundamental para este día que estés rodeada de personas que sepan valorar críticas constructivas, respetando siempre tu opinión, acerca del vestido. Como también, es necesario que llevés a amigos o familiares que sepan calmarte y tranquilizarte, por si perdés los nervios por la presión del momento o si no sabés qué elegir ante tantas opciones. De nada sirve, por el contrario, si llevás a personas que te generen ansiedad o estrés por sus comentarios y que no respeten tus gustos u opiniones.
Alejá de tu día las que son demasiado autoritarias e imponen sus gustos y críticas de una manera brusca y poco delicada. Acordáte que cuantos menos, mejor y no te olvidés de la persona más importante y que estás obligada a llevar: vos misma. Debés ir conectada con tu interior, acompañada de tus ganas, tu ilusión, entusiasmo y mucha alegría para que estés en pura sintonía contigo misma y, así, te sea más fácil encontrar el vestido de tus sueños.
Al menos por este día, debés olvidarte de aquellas personas que puedan frustrar tu momento especial. Para ayudarte en la elección te vamos a contar los nueve tipos de personas por las que no debés rodearte este día:
1. Personas negativas
Son aquellas amistades o familiares que querés con todo tu corazón pero crean pensamientos negativos y nada productivos. En este día tan importante, no te dejés guiar por una persona que vea el lado menos bueno de todo. Lo mejor es que elijas a personas positivas, que tengan una mirada más amplia de las cosas y, sobre todo, que sepan buscar una solución a algún posible inconveniente que podás tener.
2. Las criticonas
¡Ni se te ocurra! Ni tías, ni amigas, ni suegras ni, incluso, madres criticonas. Hay maneras de criticar y criticar pero vos sabés la manera que tiene esa persona cuando te dice las cosas, a pesar de que la intención es buena, pero no lo es la forma.
Y es muy importante, y más en este día, que te rodees de personas con mucho tacto a la hora de decir las cosas. Que te puedan dar la opinión pero sin necesidad de sacar el cuchillo afilado. Es un momento especialmente sensible, llevás muchos años esperando probarte y elegir el vestido de tus sueños y son muchas emociones juntas.
3. El futuro marido
A veces, puede ser una buena opción que te acompañe porque tu pareja es también tu mejor amigo y, nadie más que él te conoce mejor para poder ayudarte. No obstante, también es muy bonito pensar en la sorpresa y la expectación que podés crear para tu novio y visceversa. Dicen las creencias nupciales que “el novio no puede ver a la novia con el vestido antes de la ceremonia” porque destinará mala suerte y fracaso en el matrimonio. Ahora bien, si te parece que podés mostrarle el vestido o que querés que te ayude a elegirlo: ¡adelante! Si sos una mujer supersticiosa ya sabés lo que no tenés que hacer.
4. Suegros
Siempre depende de la relación que tengás con ellos. Hay suegros que son como padres y eso es indiscutible. Hay otros que, bueno, Dios los ha puesto en tu camino porque han dado vida al hombre que amás y los respetás. Sea como sea, te damos dos ideas. La primera, si no querés decirle nada a tu novio acerca del vestido porque querés dejarlo con la boca abierta, sorprenderlo y emocionarlo el día de tu casamiento, no debés llevarlos porque seguro que abrirán la boca.
Por otro lado, si no querés que te acompañen porque te sentís incómoda con ellos o porque a pesar de que tenés buena relación, simplemente, no querés invitarlos; la segunda idea es que podés compensar tu decisión de otra manera. Seguro que antes de ir a probarte el vestido, habrás mirado miles de fotos, de modelos y diseños. Podés compartir con ellos las ideas que te están rondando en la cabeza acerca de los vestidos que más te gustan, sin necesidad de llevarlos a la prueba. De esta manera, los harás participar del momento y ellos se sentirán cooperativos y estimados.
5. Conocidos
Son aquellas personas a las que les tenés cariño pero que no pertenecen a tu círculo más íntimo de amistades. Si te llevás a personas que son más conocidos que amigos, no te soltarás lo suficiente, te vas a cohibir y, depende de tu personalidad, no te animarás a decir realmente lo que pensás. La razón es simple. Todavía no hay la suficiente confianza como para hacerlo. Además, los que son “conocidos” tampoco saben de vos tanto como para ponerse a opinar sobre tus gustos o darte consejos. Incluso, aunque no tengan confianza de amigos, quizás es una persona que puede imponer demasiado sus ideas y generarte estrés.
6. Personas irritantes
Tendrás, esperemos, que pocos amigos y puede que más familiares que lo sean. Evita llevar a personas de tu entorno que te puedan generar estrés, agobio, indecisión porque lo único que conseguirán es desquiciarte, aturdirte y cargarte de energías pesadas y negativas, nada recomendables para este día.
7. Personas sin tiempo
La amiga que amás pero que siempre está apurada con sus miles de cosas que tiene que hacer. Seguramente, como es una buena amiga, tendrá tiempo para vos y para acompañarte en este día. Pero muchas veces, por no decir casi siempre, las obligaciones van delante de todo. Quizás ese día pueda acompañarte pero estar sólo un rato e, incluso, puede llegar a fastidiar el momento porque tu amiga está inquieta y pendiente de que se tiene que ir.
Si tiene obligaciones que cumplir, lo mejor es que, por un lado, no presiones a la persona a acompañarte. Por otro lado, tampoco te pongas en la disyuntiva de ir con prisas y estar apurando la elección del vestido cuando realmente no tenés necesidad. La elección la tenés que hacer tranquilamente con los cinco sentidos puestos en eso.
8. Demasiadas mujeres
Eso puede llegar a ser un gallinero. No llevés a toda la plantilla de tu fútbol club familiar y ni tampoco de amigas porque pueden acabar mareándote de tanto bullicio. Vos necesitás paz y que te escuchen. Es tu día y debés reinar. Lo más recomendable es que lleves una o unas pocas, por ejemplo, tu madre y dos amigas como mucho. Si podés llevar un amigo, mejor, la visión masculina puede ser muy interesante.
9. Amigos del novio
Puede ser que tengás una relación muy buena y especial con los amigos de tu pareja y, muchos de ellos, sean también amigos tuyos. Si tenés la idea de darle una verdadera sorpresa a tu futuro marido y de no enseñarle el vestido hasta el día del casamiento, no llevés a ningún amigo que tengan en común. Es muy probable que este amigo, quizás sin darse cuenta, de ciertas pistas o, en el peor de los casos, le termine contando la sorpresa.