6 temas de discusión con tu suegra (¡que es mejor evitar!)
Muchas mujeres aman a sus suegras. Realmente las consideran como una segunda madre. Si este no es tu caso, y te genera algún un dolor de cabeza, aprendé a lidiar con ella y lográ que todo salga más que bien. ¡A vivir en armonía y tranquilidad!
El día del casamiento se acerca y es mejor evitar ciertas discusiones, quejas y peleas entre la familia. Realmente es mejor que pongas tus energías en los preparativos, en la gente que se emociona por ustedes y en que todo salga bien tanto en el civil como en la fiesta. Es muy sencillo, ¡sólo intentá evitar algunos de estos comentarios!
“No necesitamos tu consejo”
La organización del casamiento implica muchísimos preparativos. Algunos de ellos se van compartiendo con los amigos y la familia a medida que pasan los meses y las cosas se van cerrando y confirmado. Por eso, no es una mala idea ir mostrando los avances y pedir alguna recomendación o ayuda (siempre que ustedes quieran hacerlo).
Si de entrada no tenés una buena relación con tu suegra y ves que ella querrá opinar sobre todo, permitile que exprese su opinión. Sólo hay que relajarse, dejar que hable y ver después entre los dos qué sirve y que descartan. Tal vez sea mejor callar y luego desestimar antes que entrar en una discusión.
“Él se puede arreglar solito”
Si tu novio tiene alguna discusión o intercambio con su madre, mejor no meterse. Siempre es buena idea dejar que él solucione las cosas con ella y no quedar en el medio. Meterse puede generar algún tipo de incomodidad para todos, pero sobre todo ella puede sentirse atacada. Siempre es mejor ignorar una situación, un dicho o un comentario que hacer leña del árbol caído.
“No se va a poner eso en mi casamiento, ¿no?”
Lo cierto es que, como novia, tenés que concentrarte en tu vestido, tu peinado, zapatos, maquillaje y accesorios. No vale la pena fijarse en qué se va a poner tu suegra. Si es de las personas que les gusta llamar la atención, podés hablar de buena manera o bien ayudarle a elegir algo acorde con su rol. Integrarse un poco y guiarla es una buena idea para estar al tanto de su elección y aportar un poco en esa decisión.
“A ver si ahora me acepta en la familia”
Tu casamiento es un momento para aprovechar, disfrutar e intentar reanudar la relación con tu suegra. Para nada es un momento para pasar factura o sacar los trapitos al sol. Si hubo algún problema o la relación no es del todo buena, mejor dejar de lado las diferencias y centrar tu atención en lo importante, tu casamiento. ¡Los reproches no sirven de nada!
“Si quiere, puede colaborar”
Hay suegras que prefieren no meterse. Si su decisión es no opinar, no ayudar y no estar presente en los preparativos, no intenten obligarla. Es mejor buscar otras personas que estén predispuestas y que deseen hacerlo que poner las energías en alguien que no está interesada. Los reproches y pedidos excesivos no tienen ningún sentido. Si a primeras de cambio no aparece en el plano, es mejor dejar que fluya y no enojarse.
“No es su casamiento, es el nuestro”
Hay cosas que van cambiando a través de los años. No es lo mismo un casamiento de nuestros abuelos o nuestros padres que los que se celebran ahora. Los jóvenes contemporáneos muchas veces deciden no casarse por iglesia, no hacer fiesta en lugares tradicionales y vestir otros colores más allá del blanco. Hay que respetar los pensamientos ajenos aunque tu vida y tu manera de pensar sea diferente. La última palabra la van a tener ustedes dos, por eso si tu suegra comienza a comentar cómo fue su boda o cómo lo haría ella, no vale la pena discutir.
Recordá siempre ser amable, no dejar palabras a la libre interpretación y no herir susceptibilidades. Dejá que todo fluya y concentrate en que tanto ella como los demás invitados se sientan cómodos y la pasen genial junto a ustedes.